La Organización de las Naciones Unidas (ONU) señala que este 202 entre 42 y 66 millones de niños estarán en la pobreza extrema, producida por el impacto económico que el virus dejará.
Por su parte, la revista The Lancet que en los países de bajos y medianos ingresos estos factores matarían a más de un millón de niños y miles de madres en los siguientes seis meses.
La Fundación Thomson Reuters publicó podría haber una reducción del diez por ciento en la atención en salud, lo que mataría a más de 168 mil bebés y 28 mil madres. Además, habría cerca de tres millones de abortos inseguros.
Por ello, piden a las naciones de todo el mundo a solidarizarse y trabajar juntas, “ya estamos viendo personas y naciones trabajar juntas en tiempos de paz de una manera que solo hemos logrado antes en la guerra".
“Covid-19 no es el gran nivelador, sino el gran amplificador de la desigualdad. Eso nos da la obligación clara de proteger a los más vulnerables y desfavorecidos, y abordar las causas profundas de la desigualdad”.
En la actualidad la desigualdad está tan arraigada en nuestra sociedad que muchas personas no son conscientes de ella, no obstante millones de personas en el mundo viven en marginación, se violenta contra sus necesidades básicas.
La brecha entre ricos y pobres es tanta que en lugar de disminuir sigue aumentando. Los hijos de los ricos tienen acceso a la educación, mientras que más de 262 millones de niños no pueden asistir a una escuela. Vivimos en un mundo donde los gobiernos benefician a las grandes empresas en lugar de invertir en la educación.
En tema de salud, al día más de 10 mil personas pierden la vida cada día por no poder pagar atención médica. En algunos lugares la gente no tiene acceso al agua potable y el acceso a la alimentación es muy limitada, por lo que la desnutrición se vuelve habitual.