En la semana una fuerte explosión fue registrada en el puerto de Beirut, capital de Líbano, la cual ha dejado más de 150 personas fallecidas y al menos seis mil heridos. De acuerdo con investigaciones la explosión se dio debido a que, aproximadamente, 2 mil 700 toneladas de nitrato de amonio se encontraban almacenados en una bodega desde 2014.

Ante el trágico acontecimiento, miles de personas se han manifestado contra la clase política de Líbano, haciéndolos responsables de la explosión por negligencia y corrupción.

Los libaneses señalan que la explosión fue la gota que derramó el vaso´luego de acumular una crisis económica y política, por la cual, dicen, hay más de dos millones de desempleados, así como el pueblo muriendo de hambre, además que por la supuesta negligencia alrededor de 300 mil personas han perdido su hogar.

De acuerdo con Jad, un publicista de 25 años, el Estado no ha limpiado los sectores dañados.

Consignas en contra del movimiento chiita proiraní del Hezbolá resuenan en las manifestaciones, esta es una importante fuerza política de Líbano a la cual hacen responsable del estallido. Al Parlamento han arrojado piedras y palos mientras gritan “el pueblo quiere la caída del régimen”, la policía ha respondido con gas lacrimógeno para poder dispersarlos.