En un hecho insólito, la jefa de gobierno de la Ciudad, Claudia Sheinbaum acusó al fiscal en funciones de otro estado, de Morelos, Uriel Carmona Gándara de encubrir y tratar de ocultar el feminicidio de la joven Ariadna Fernanda… Fue una declaración devastadora… Porque mientras nos arrebatan a diez mujeres cada día… Nos exigen denunciar y confiar en esas mismas autoridades… Se vuelve desgarrador saber que basta con tener un contacto en la cúpula del poder para sepultar la verdad… Para torcer la justicia… Para dejar libre a un feminicida… Ariadna Fernanda fue asesinada… Pero no sólo por sus victimarios… A Ariadna también la mató el sistema de justicia de este país… Donde el pacto patriarcal prevalece y se arraiga como práctica institucional… Donde el “conecte” va por delante de las víctimas… Pesa más que la verdad… Y se convierte en un poder que pisotea el dolor de las familias de las víctimas… Si lo que asegura Claudia Sheinbaum es cierto, estamos ante un fiscal corrupto y también misógino… Un servidor público que favoreció a un criminal… Pero su nombre no es el único que debe ponerse sobre la mesa… Para sostener su farsa, el fiscal Uriel Carmona tuvo que presionar a toda una cadena de funcionarios debajo de él… Por ejemplo, la titular de la fiscalía de feminicidios de Morelos, Fabiola García Betanzos… Samuel Nava Vázquez, coordinador de servicios periciales de la institución… El médico legista que avaló el peritaje de la muerte de Ariadna… También Dulce Figueroa, responsable del laboratorio de química… Y Yasmín Herrera, del Servicio Médico Forense de la fiscalía del estado… Lo digo con todas sus letras, Uriel Carmona Gándara, el fiscal de Morelos, no actuó sólo…